Limpieza Facial

 

La limpieza facial es un procedimiento el cual permite retirar del rostro residuos de maquillaje, impurezas y células muertas. La limpieza, exfoliación, extracción y mascarilla ayudan a combatir el acné, regenerar la piel y eliminar algunas cicatrices. De esta forma, paulatinamente irá mejorando la apariencia de la piel.

 

En una época donde la presentación personal es de suma importancia tanto para el hombre como para la mujer, el cuidado de la piel juega un papel trascendental, sobre todo el rostro. Parte de los cuidados que podemos brindarle a nuestra cara es la limpieza facial.

 

Objetivos

 

El principal objetivo de la limpieza facial desde un punto de vista estético consiste en preparar la piel para la absorción de los cosméticos o cosmocéuticos de uso diario.

 

Beneficios

 

Una adecuada limpieza facial, con la frecuencia y productos adecuados, nos puede restar años y dar vitalidad. Algunos de los beneficios que brinda la limpieza facial son: recuperar o mejorar la elasticidad y tersura del cutis, así como el tono y la firmeza muscular.

 

Modo de acción

 

La limpieza facial, realizada por un profesional, permite retirar de manera efectiva las células muertas de la piel, las impurezas ambientales y el exceso de grasa, así como desechos propios del organismo (contaminantes fisiológicos). Esto procura la correcta renovación celular, aporta principios activos como vitaminas, nutrientes e hidratantes, que permiten a la piel alcanzar el equilibrio y su estado óptimo. Adicionalmente, la limpieza facial previene la producción de impurezas de la piel.

 

Frecuencia

 

Lo ideal es realizar una limpieza profunda una vez al mes, y mínimo dos veces al año.

 

La limpieza puede ser complementada con varias técnicas, entre ellas la microdermoabrasión, el peeling químico, mascarillas, láser, IPL. Estas técnicas, según cada caso en particular, potencian la limpieza y sus resultados.