Dra. María José Alfaro Vega, Directora Médica - Clínica Alfaro, UCR - CMC#6349
Es muy común que los pacientes confundan el concepto de toxina botulínica (conocida por la marca comercial Botox®) con el del relleno facial. En síntesis, la toxina produce una parálisis temporal controlada que evita la manifestación de algunas arrugas, mientras que el relleno por su parte es utilizado para dar volumen. En los siguientes párrafos se aborda el tema con más detalle.
Toxina botulínica
La toxina botulínica es un liofilizado (polvo) que los profesionales en Medicina reconstituimos con suero y lo volvemos líquido. Es algo así como cuando preparamos una bebida en polvo y la disolvemos con agua, la volvemos líquida y queda lista para consumir. Algo parecido ocurre con la toxina, ella viene en “polvo” en un frasco estéril, nosotros le agregamos un líquido, usualmente suero, la volvemos líquida y así queda lista para ser inyectada. Una vez inyectada la toxina, al cabo de unos días produce una parálisis temporal de los músculos, de esta manera suaviza los gestos y la expresión facial, y logra disimular las arrugas que se hacen cuando hablamos o gesticulamos. La toxina no da volumen, no “infla” la zona en la que la inyectamos.
Relleno facial
Hay diferentes materiales utilizados para el relleno facial, el más conocido es el ácido hialurónico. Como su nombre lo dice “rellena”, da volumen, aumenta el tamaño de la zona, esto nos permite corregir depresiones, aumentar las zonas donde la inyectamos como los pómulos o el mentón o líneas de marioneta.
Si tiene alguna duda con este tema, en la Clínica Alfaro con gusto le aclararemos y asesoraremos en la mejor alternativa para su caso específico.
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